Lo cotidiano no es el torrente sigiloso de lo desconocido, no es abrir el sobre de estampitas de la Liga 90/91 para saber si saldrá el cromo que te falta. Pero es que eso, la sorpresa, los fuegos artificiales, el hombre orquesta y la supermodelo de revista; eso no es amar.
Amar es quita los pies de la mesa, que te lo he dicho mil veces. Es donde andas que he llegao a casa y no te he visto y me he preocupao. Es que te he comprado el jengibre porque te gusta o mira que te tengo dicho que la lila sólo se riega una vez por semana.
Para amarse, hay que caerse no del todo bien. Y gastarse un dineral en cromos.
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