domingo, 13 de abril de 2014

Qué suerte es poder tener
un cortijo con parrales 
pan, aceite, carne y luz, 
y medio millón de reales. 
Y una mujer como tú. 

Éste es el ideal de vida de todo andaluz pobre y menesteroso y éste ha sido, naturalmente, mi propio ideal. Diez años de torero habían hecho el milagro de poner al alcance de mi mano la felicidad, tal como los hombres de mi raza la conciben. Quise ser como los ricos de mi tierra, labrador y casinista, señorito en el campo y hombre de pueblo en la ciudad.

Juan Belmonte