miércoles, 9 de marzo de 2011

Osú cómo está el día. Menos mal que tendí dentro, porque la niña tiene que ponerse el chandal, que hoy tiene educación física. Cuesta arriba se me hacen los martes. ¡Andrea, vete levantando! Desde luego, cada vez amanezco más temprano, qué necesidad habrá. Bueno, así me puedo ir caminando a la oficina. A ver con quién me vuelvo luego para casa, que hoy comemos con mi madre. Que hay que ver en qué plan está. Y después viene el de la lavadora. Si aparece, que ésa es otra. De todos modos, hoy no puedo ir a la pintura porque hay que llevar a los perros al veterinario. Otra obligación. Si no es por el gasto, es porque, a ver qué necesidad tengo yo de estar cargando chuchos todo el día en el maletero. Pero bueno, a la niña le viene bien tener un animal y Manolo disfruta llevándoselos al campo. Las ocho menos diez. Todavía tengo diez minutos hasta que empiece a llegar la gente, así puedo revisar las operaciones de ayer. Todo en orden, mira que bien. Si es que Jorge vale mucho. Hombre, buenos días. ¿A ver el e-mail? El jodío niño no escribe, un día me pasa algo y ni se entera. No le voy a poner ningún mail, que después dice que soy un coñazo.


Siete y cincuenta y nueve.


Suena el teléfono.

-¿Unicaja Buenos días?

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