viernes, 13 de noviembre de 2009

Tristento porque todos los días me levantaba como cuando vienen los reyes. Ya sabéis, Yavienen los Reyes Magos, cargaítos de regalos. Pero los reyes no existen, y era José Antonio quien me dejaba los caramelos en los zapatos y los regalos en la silla.
Contriste porque cada regalo encerraba una prueba escondida en un libro (y cada prueba un esfuerzo y cada esfuerzo un prebill y cada prebill un deudor y cada deudor un tormento. Y cada tormento, un compañero que trasnocha contigo, y del trasnoche no era compañero, sino socio, de una pequeña micropyme. Y cada micropyme, un oasis, en medio de un desierto, sin reyes magos.
Tristento porque cada prueba nos forjó el espíritu. Y está bien tenerlo forjado -y ser maduro, casarse y tener hijos-. Pero quizás no tuve tiempo de pensar que el espíritu estaba mejor sin forjar, suelto, blanquito, hichado y redondo como un balón de reglamento y en pelota picada. Por supuesto sin corbata, un espíritu casual... fraidei.
Contriste porque acometida la prueba y forjado el espíritu, del Olimpo de la 12 llegaba faxination (el Hermes digital de nuestro tiempo) y dejaba un tesoro en nuestra bandeja de entrada, o inbox. Sentencia favorable... ¡yupi! Y (pese a la consabida derogación tácita del 351, punto dos del Código Civil), un giño tonto de tu jefe, un posti en la pantalla con una enhorabuena, una breve nota al margen con una felicitación, provocaban una llamada a Mamá (Madre! Al gallego le gusto!).

Contriste de no haber dejado que mi jefe que me enseñara más, ni que él se dejara enseñar. Contriste de nuestros viajes en tren cargados de alcachofas (a su pesar), en los que me quitaba la mitad del gin (a mi pesar).
Contriste de que se enfade conmigo por volar con las alas que tengo porque él me las dio. Cuidó de que crecieran y me las enseño a usar.

Contriste por no aprender ya todos los días del Sr Areilza, mi socio, mi compadre, mi amigo y mi maestro. Un tipo duro, un Clint Eastwood, con el corazón de mazapán y los chapiris de consejero delegao.

Contriste y enfadao, de no haberle dao a mi secre todos los besos que le mandé por mail. Los que mereció por ser mi apoyo cada puñetero día, por negro que amaneciera. Y por ser tan graciosa. Ahora, que se los daré, porque ella será graciosa, pero yo soy mu pesao... y tenemos todos los días del mundo, esta vez no hay plazo, la amistad no los tiene.

Tristento y orgulloso, fundador del Grupo de RC y del CCI, de Begoña, Campeón del Mundo de futbol. De todo lo que me habéis enseñado, que se vendrá conmigo a donde vaya. Me voy tristento por intentarlo y contriste por abandonar. A mi primera novia, desde mi corazón os dice adiós un niño. Y yo le digo adiós.

No hay comentarios: